4.3.12

36.

EL FANTASMA DE BANCO. Macbeth no era un delincuente: era un apasionado. Odiaba a Banco, como hermano competidor; como compañero de armas también lo amaba. Una vez dado el golpe, toda la parte positiva de su afectividad salió a la luz; se hizo -por ausencia de la contraparte- más intensa. El amor solo es creativo; fue el amor superviviente y aumentado de Macbeth por Banco el que creó el espectro. Pero -¡ay!- el fantasma sabía lo que Macbeth le había hecho; y su aparición era amenazante.

El delincuente no tiene amor; y no ve espectros.

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