26.2.12

7.

A AQUELLOS que todavía creen que Adolfo Hitler (el hombre que no podía amar) amó al menos a Alemania, les cuento aquí cuál era su sueño verdadero.

Reducir Alemania a un montón de escombros; y, entre nubes de gas asfixiante, acusando a los alemanes de haberlo traicionado -por culpa de los judíos-, ascender EL a los cielos, en una especie de apoteosis, rodeado de lo mejor de sus más jóvenes y fieles SS.

Este sueño lo ha soñado tan profundamente (creyendo -oh, con absoluta buena fe- que estaba soñando otro) que se puede decir que ha vencido -al menos en parte- SU guerra.

6.

NAPOLEON era un hombre; como todos los hombres -(algunos) los delincuentes quedan aparte- tenía también sentido de culpa. Uno tiene la impresión de que toda el fin de su vida estuvo dominado por la culpa. No lo atormentaba el recuerdo de los hombres que había hecho morir en la guerra, sino el remordimiento -que buscaba, en todo lo posible, alejar de su conciencia- de haber abandonado a Josefina, de haber tenido que abandonar a Josefina, "su buena (infiel) Josefina". Y cuando volvió de Rusia, estuvo llorando sin parar, llamándola por su nombre, en la vacía Malmaison.

Como un niño que, habiendo ofendido a su madre, se aleja -cada vez más, cada vez más- de casa. Y vuelve por la noche, rendido y sin fuerzas, y encuentra que su madre ya no puede -aunque quisiera- perdonarlo: está muerta. Y se pone a llorar.

No es poesía. Es verdad; es una pequeña, simple y humana verdad (también Napoleón era simple); que explica -más de lo que parece- la absurda campaña de Rusia. Que explica la fatalidad interna de la que nació; el motivo (no quisiera alarmar llamándolo autopnitivo) por el que fue concebida.

4.

HISTORIA DE ITALIA. ¿Os habéis preguntado alguna vez porqué Italia no ha tenido en toda su historia, desde Roma hasta hoy, una sola verdadera revolución? La contestación -llave que abre muchas puertas- acaso sea la historia de Italia en pocas líneas.

Los italianos no son parricidas; son fratricidas. Rómulo y remo, Ferruccio y Maramaldo, Mussolini y los socialistas, Badoglio y Graziani... "Lucharemos -hizo estampar este último en uno de sus manifiestos- hermanos contra hermanos". (Mimado, no determinado, por las circunstancias, fue un grito del corazón, el grito de uno que -viendo claro en sí mismo- acaba por desahogarse). Los italianos son el único pueblo (creo) que tiene como base de su historia (o de su leyenda) un fratricidio. Pero solo con un parricidio (matando lo viejo) se empieza una revolución.

Los italianos quieren entregarse al padre, para que a cambio les permita matar a sus hermanos.

3.

ULTIMO CROCE. En una casa en la que hay quien se ahorca, otros se matan entre sí, otros se dan a la prostitución, o mueren lentamente de hambre, otros incluso acaban en la cárcel o el manicomio, se abre una puerta y se ve a una anciana señora que toca -muy bien- la espineta.

2.

ATAJOS. El Diccionario los define como "senda o lugar por donde se abrevia el camino". A veces son difíciles; auténticos caminos de cabras. Pueden provocarnos la nostalgia de las calles largas, planas, rectas, provinciales.