UN JOVEN COMUNISTA me dijo, como reacción a mi -¡oh, muy humillado!- individualismo: "¿Qué serías tú, si no fueran los otros?". Son las palabras más profundas que he sentido en años; su simple y humana realidad le han ahorrado mucho camino a mis pobres piernas. Ahora puedo de nuevo coger el tranvía, luchar en los estribos, soportar el hacinamiento.
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