3.3.12

15.

ESE PADRE que, teniendo al hijo en una situación difícil -pongamos, como caso extremo, en la guerra- lo piensa continuamente en peligro, lo ve inevitablemente muerto, no ama a su hijo. O, para ser exactos, no lo ama solamente. El amor no es un anunciador de desastres: l´amore vede roseo. Y a veces, como es lógico, se engaña.

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